En Brasil, la línea que divide el país no es el límite entre el descarado mundo de los ricos y el interminable infierno de los pobres.
Para mí, existe un Brasil de proporciones gigantescas, adornado de mitos tropicales; un mundo donde cada imagen tiene un adjetivo desbordante: danzas frenéticas, playas ardientes, vegetación exuberante, pobreza extrema…






Y detrás de él, está el Brasil de las pequeñas cosas, el del silencio que se oye bajando el río Amazonas, el del cielo abierto a través de las casas bahianas ya inexistentes, el de los muros desteñidos por cientos de años de brisa salada, un Brasil de ritmo lento donde entra la saudade…






¡Hola Nadia, tu blog sobre Brasil es increíble! Realmente haces que los lectores quieran volar a este hermoso país. ¡Gracias por tu escritura que nos llevan a los cuatro rincones del mundo ! Ademas, tus fotos son preciosas 😉
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