Visitando las calles de Sanáa hay que recordar que Yemen fue el antiguo imperio de la reina de Sabaa y luego la Arabia felix de los romanos, de donde el fénix transportaba mirra antes de morir y resucitar en las llamas. Hoy su riqueza no se cuenta en elefantes blancos, especias, incienso y oro, sino en la herencia medieval de su centro histórico: un laberinto de mezquitas, hammams y casas-torre de ladrillo y abalastro en donde el silencio permite viajar a los mejores tiempos de la civilización islámica.
Nadia Ríos 
Nadia, a mí me chifla este artículo. Espero que yo pueda visitar esta ciudad en el futuro. Eres una fuente de inspiración para muchos jóvenes visto que hoy, a la mayoría de los jóvenes les apetece salir de su rutina.
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