En Phnom Penh como no llorar en Choeung Ek donde aún se ven los huesos de las fosas comunes que dejó el fanatismo de los Khmer Rouges como legado incomprensible para la humanidad. Hoy se visita en silencio y viajeros del mundo entero dejan manillas de mil colores para honrar la vida de tantas víctimas.
Más allá de la capital, se encuentran muchos otros caminos. En bicicleta, entre los majestuosos templos de Angkor, donde hinduismo y budismo cohabitan desde hace siglos invadidos por la selva tropical.
Luego están los ríos. El Mekong, el Sangker, el Praek Tuek Chhu… que atraviesan ciudades de arquitectura colonial francesa en decrepitud. En las tardes los camboyanos trotan por los malecones, juegan a hacer maromas para no dejar caer el Sei y disfrutan el atardecer viendo correr el agua hasta que se pierde entre los meandros.
Me llamo Adel y a mi me apasiona este artículo que trata de Camboya. Me encanta descubrir las diferentes culturas del mundo y cuando leo este texto, me siento mas informado sobre los lugares históricos, las tradiciones. Me apasiona ver fotos de otros países y visualizar las vidas de otros personas y con las imágenes de este artículo completo, estoy en las nubes.
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