A Tailandia se llega a toda velocidad, atravesando Bangkok en metro aéreo o en moto-taxi para esquivar los interminables trancones. Toca hacerse paso entre turistas del mundo entero que visitan los templos budistas antes de perderse en centros comerciales descomunales. Se va por la calle comiendo de puesto en puesto entre cientos de oficinistas y el camino lleva inexorablemente a algún laberinto tumultuoso de Chinatown.
Hasta que suena el himno nacional y los tailandeses se detienen. Desde el silencio se pueden observar mejor los templos llenos de ofrendas, los extensos campos verdes y las islas tropicales de oleaje suave. Los monjes dan consejos, las mujeres consienten y cada día se termina con un masaje, para conectarse con la cadencia oriental y las tradiciones ancestrales, o más bien, para fluir en el mundo mientras se olvida el tiempo.
Después que leer tu articulo, he pensado que Tailanda es un pais maravilloso y me encantaria descubrirlo y visitarlo durante mis vacaciones. Tengo sed de aprender otras cosas interesantes sobre este lugar.
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Holà Nadia, he leído tu blog y a mí me fascinan tus viajes. ¡descubrir tanta cultura y tradición es maravilloso! Además, nos compartes imágenes sublimes de tus viajes y nos explicas los puntos geniales de cada país. Tu blog es excelente y ilustra tu pasión para viajar. ¡Sigue con esa actitud!
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